lunes, 23 de junio de 2014

correo1

No se si quiero despedirme,
no se si ya me despedí de ti.
No recuerdo haber escuchado tu adiós
solo me quedo de ese terminal
unos cuantos litros de lagrimas negras
las manos vacías y ásperas
el corazón interrumpido por latidos cortos y secos
un puñado de sueños con tu apellido
una esperanza con tu nombre
un imposible con su implacable incertidumbre
una mata de kilómetros creciendo
un par de botas con las que llegue
y salí de allí pateando el viento
dejando huellas...

ale

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