Incauto el suspiro que aflora entre gimas
Falto de perfidia
Carente de atavíos
Ingenuo de falacia
Amó el abandono
De tu cuerpo y el mío
Que del orgasmo sin pudor
Quedaron vencidos
Inocente vuelo del aliento batido
Casto viajero sincero, sin pecado
Descalzo de tirria
De cólera, vanidad e inquina
Entregose el alma espontáneo
A tus manos sin disimulo
Pinto mis mejillas
Tu mirada domadora
Que sublime acogió mi venida
Alma vasta que engullo mi vida
Suspiro nacido de labios
Sucumbió ante caricias de mi amante,
entre gimas…
Blanco
No hay comentarios:
Publicar un comentario